En los seres vivos existen dos tipos de respuesta
frente a estímulos ambientales: respuestas rápidas (mediadas por el sistema
nervioso) y respuestas lentas (mediadas por el sistema hormonal). En el caso de
las plantas no existe un sistema nervioso y sus respuestas frente a los cambios
ambientales son mediadas por hormonas vegetales. A estas respuestas se las
conoce como TROPISMOS.
TROPISMOS son las respuestas específicas que dan las
plantas a los cambios o estímulos que se producen en algún factor del ambiente.
Los tropismos son, por lo general, respuestas que
consisten en movimientos de crecimiento de algunas partes del vegetal, como los
tallos, hojas y raíces. Se caracterizan por involucrar un aumento de la
biomasa, razón por la cual son respuestas irreversibles y lentas.
Tipos de tropismos
Los estímulos que determinan respuestas de los
vegetales pueden ser: físicos, químicos o de contacto.
Atendiendo al estímulo que los produce, los tropismos se denominan:
Atendiendo al estímulo que los produce, los tropismos se denominan:
fototropismos, hidrotropismos, tigmotropismos y
gravitropismos.
Los tropismos son respuestas que pueden ser de
acercamiento o alejamiento del estímulo que los produce. Llamamos tropismos
positivos a aquellos que provocan una respuesta de acercamiento al estímulo, y
tropismos negativos a aquellos movimientos de alejamiento.
FOTOTROPISMO es la respuesta que da el vegetal
cuando el estímulo es una variación en la cantidad de luz.
HIDROTROPISMO es la respuesta frente a un estímulo
cuyo origen es el agua.
TIGMOTROPISMO es la respuesta a estímulos
provenientes del tacto.
GRAVITROPISMO es la respuesta a estímulos de
origen gravitatorio.
LAS
NASTIAS: OTRA FORMA DE RESPUESTA VEGETAL
Una
mención especial requiere la respuesta que presentan algunas plantas ante
estímulos de contacto.
NASTIA
es una respuesta que produce un movimiento pasajero en alguna parte del vegetal
respondiendo a estímulos táctiles, lumínicos, etc.
Nastias.
Son movimientos relacionados con los tropismo; pero se diferencian de estos en
que el estímulo no provoca una dirección determinada en la respuesta de la
planta. Las nastias se efectúan de acuerdo con trayectorias predeterminadas por
la estructura dorsoventral del órgano correspondiente; son transitorios. Se
conocen varias clases de nastias.
Termonastias son movimientos de apertura y cierre, según la variación de la temperatura, de las hojas periánticas de muchas flores (v.), debido a que el óptimo de crecimiento de la cara superior responde a una temperatura diferente de la cara inferior; así sucede con la flor de una planta, tulipa, que si pasa del aire libre a una habitación que esté 100 más caliente, se abre; y si la temperatura desciende, se cierra. Esto se debe a que una elevada temperatura determina el crecimiento de la cara superior, en tanto que un descenso lo provoca en la inferior.
Fotonastias son variaciones debidas a cambios en la intensidad de luz. La iluminación produce, en general, apertura de las flores; la oscuridad, el cierre. En las plantas de floración nocturna ocurre al revés. Muchos movimientos de las hojas en relación con la intensidad de luz no son debidos a diferencias en el crecimiento, sino a variaciones en la temperatura de las células. Se relacionan con la temperatura y la luminosidad las nastias producidas por la alternancia del día y la noche (nictinastias); son notables estos movimientos en Robinia pseudoacacia y Trifolium arvensis. Generalmente, las hojas nictinásticas se disponen por la noche en forma que los foliolos ocultan parte de la superficie superior, que durante el día exponen a la luz en grado máximo; tales movimientos deben responder a variaciones de permeabilidad del plasma.
En ciertas plantas insectívoras, como la Drosera, se observan movimientos násticos, que son consecuencia de excitaciones químicas y de contacto. Sismonastias, movimientos rápidos en los que una parte de la planta adopta posiciones particulares; se deben a la turgencia de las células de determinados tejidos. Los más llamativos se observan en mimosas tropicales, cuyas hojas y peciolos se pliegan rápidamente después de un golpe. Las causas de estos movimientos no están todavía bien aclaradas y se reducen a hipótesis.
Termonastias son movimientos de apertura y cierre, según la variación de la temperatura, de las hojas periánticas de muchas flores (v.), debido a que el óptimo de crecimiento de la cara superior responde a una temperatura diferente de la cara inferior; así sucede con la flor de una planta, tulipa, que si pasa del aire libre a una habitación que esté 100 más caliente, se abre; y si la temperatura desciende, se cierra. Esto se debe a que una elevada temperatura determina el crecimiento de la cara superior, en tanto que un descenso lo provoca en la inferior.
Fotonastias son variaciones debidas a cambios en la intensidad de luz. La iluminación produce, en general, apertura de las flores; la oscuridad, el cierre. En las plantas de floración nocturna ocurre al revés. Muchos movimientos de las hojas en relación con la intensidad de luz no son debidos a diferencias en el crecimiento, sino a variaciones en la temperatura de las células. Se relacionan con la temperatura y la luminosidad las nastias producidas por la alternancia del día y la noche (nictinastias); son notables estos movimientos en Robinia pseudoacacia y Trifolium arvensis. Generalmente, las hojas nictinásticas se disponen por la noche en forma que los foliolos ocultan parte de la superficie superior, que durante el día exponen a la luz en grado máximo; tales movimientos deben responder a variaciones de permeabilidad del plasma.
En ciertas plantas insectívoras, como la Drosera, se observan movimientos násticos, que son consecuencia de excitaciones químicas y de contacto. Sismonastias, movimientos rápidos en los que una parte de la planta adopta posiciones particulares; se deben a la turgencia de las células de determinados tejidos. Los más llamativos se observan en mimosas tropicales, cuyas hojas y peciolos se pliegan rápidamente después de un golpe. Las causas de estos movimientos no están todavía bien aclaradas y se reducen a hipótesis.
Es
el caso de una planta cuyo nombre científico es mimosa púdica. Esta planta, al
ser tocada por algún objeto o por el contacto de la mano de una persona,
responde plegando sus pequeños folíolos, y si la intensidad del contacto es
mayor, puede suceder que la rama completa caiga.
Esta
respuesta no corresponde a movimientos de acercamiento o alejamiento ante el
estímulo, y tampoco está controlada por la acción de hormonas como ocurre en el
caso de los tropismos.
Fuente
Internet:
http://fai.unne.edu.ar/biologia/planta/externos.htm
http://fai.unne.edu.ar/biologia/planta/externos.htm
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